09 julio 2014

No amo menos al hombre, sino más a la Naturaleza

Viajero frente al mar de niebla, C. D. Friedrich (1818)
Fue siempre uno de los temas centrales de todos los tiempos, de todos los artistas y creadores, de los demiurgos terrenales. La naturaleza. La Naturaleza en mayúsculas. En el siglo XIX hubo un intento de romper con la industrialización y la civilización de la máquina, abogando por un resurgimiento humano, sensible y al mismo tiempo irascible; se le llamó romanticismo. De ahí surgen figuras como Lord Byron, y uno de esos fragmentos poéticos que siempre me han acompañado y dice mucho del sentimiento hacia lo natural o puro, pero siempre con el amor de fondo...


"Hay un placer en los bosques sin senderos,
Hay un éxtasis en la costa solitaria,
Hay compañía, allí donde nadie se hace presente,
Al lado del mar profundo, y música en su rugido:
No amo menos al hombre, sino más a la Naturaleza,
A partir de nuestros encuentros, a los que asisto sigiloso,
A partir de todo lo que puedo ser, o que he visto antes,
Para fundirme con el Universo y sentir
Lo que nunca puedo expresar aunque me sea imposible ocultar."

(Las peregrinaciones de Childe Harold, de Lord Byron)


Hastiado ya del mundo, el poeta inglés plasma su melancolía y levanta la voz para volver a un estado natural del mundo y del ser humano...


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