
Enfrente estaba un Inter muy sólido atrás, con un portero de garantías: Julio César. Y es extraño que un buen portero sea brasileño. Desde hace años ha sido el talón de Aquiles de la selección canarinha. En defensa el Inter ha estado intratable. Un medio holandés como Sneijder llevaba la manija del equipo italiano. Y arriba dos auténticos depredadores del área, como Eto´o y Diego Milito. Éste fue nombrado el mejor del partido, por sus dos golazos que dieron el título al Inter.
Pero el peso del partido lo llevaba el Bayern. La posesión del balón fue suya. Como dato, poseía el 70 %. El 30 restante lo llevaría Julio César, el portero del Inter, creo yo. Sus paradas fueron salvadoras en la mayoría de las veces. El Inter se cerraba atrás casi la totalidad del partido, esperando, acechando para atacar con un contragolpe mortal. Y así vino el segundo gol. En defensa fue un cerrojo, y el Bayern no pudo entrar en esa puerta.
Finalmente 2-0 para el Inter de Milán. El juego defensivo, a la italiana como se suele decir, ha salido victorioso. He de decir que el Inter también ha conseguido ser campeón de liga y de copa en Italia esta temporada. Si le va bien, ¡viva el juego defensivo! Eso lo dirán ellos. Prefiero jugar bien y perder, a jugar de forma mediocre y ganar. Y no es que el Bayern jugara como los ángeles, pero sin fútbol en las botas no se llega a ser inmortal. Tal vez en los libros, pero no en la memoria de la gente. Lo mismo le pasó a Brasil en el Mundial de España de 1982. No ganó, pero hicieron el mejor fútbol del mundo. Fueron los perdedores que vencieron.
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